La Osteogénesis Imperfecta (Huesos de Cristal) es la formación imperfecta de los huesos producida por la mutación de un gen encargado de producir una proteína esencial (colágeno tipo I) que es la que da rigidez a los huesos.
TIPOLOGIA
Se hace imprescindible clasificar los afectados en diferentes tipos. Si bien es cierto que los caracteres clínicos de la O. I. dentro de un mismo tipo varían apreciablemente de un afectado a otro y no todos ellos se manifiestan en cada persona.
La clasificación realizada por el Dr. Sillence distingue:
TIPO I (LEVE): Es el tipo más frecuente. Se transmite con carácter autosómico dominante, también por una mutación espontánea. La fragilidad ósea limita la actividad física de estos pacientes por el riesgo de fracturas, no obstante las fracturas suelen reducirse después de la pubertad.
TIPO II (FORMA LETAL PERINATAL): Es la forma más grave. Se transmite con carácter autosómico recesivo. Es letal para el bebé; éste fallece por lo general en el útero, durante el parto o semanas después de éste, aunque hay descritos casos con supervivencia superior.
TIPO III (FORMA DEFORMANTE PROGRESIVA): Forma intermedia. Se transmite con carácter autosómico dominante. El pronóstico es severo debido a la curvatura y fragilidad de las extremidades inferiores. Las escleróticas sólo son azules durante la lactancia. Es degenerativa.
TIPO IV (MODERADA): Forma intermedia. Se transmite con carácter autonómica dominante. Pronóstico leve o moderado. Al igual que la anterior, las escleróticas sólo son azules durante la lactancia.
TIPO V: El equipo del Dr. Glorieux, del Hospital Shriners de Montreal, ha definido recientemente un nuevo tipo de OI adicional a los cuatro de Sillence, con el nombre de TIPO V, y que tiene como característica la formación de callos hipertróficos en las zonas de fractura o de osteotomía.
ETIOLOGIA/HERENCIA
En la mayoría de los casos, la OI es ocasionada por un fallo en uno de los dos genes que codifican el colágeno I. Es decir, COL1A1, en el cromosoma 17; ó COL1A2, en el cromosoma 7. El defecto influye en la producción de colágeno.
En la OI tipo I se produce muy poco colágeno, pero de calidad normal.
En los otros tipos, el colágeno es de mala calidad estructural, mientras que la cantidad puede estar también reducida.
La Osteogénesis Imperfecta (En adelante OI) presenta herencia genética dominante, lo que quiere decir que cuando uno de los padres tiene OI, cada hijo recién nacido tiene un 50 % de probabilidades de estar afectado igualmente. Otras veces, la OI no es heredada, sino que es ocasionada por una mutación. En este caso, ninguno de los padres presenta ninguna señal de OI. La mutación es nuevamente de herencia dominante. Y un punto especialmente complicado es la posibilidad de mosaicismo. Debido a toda esta complejidad, se recomienda que busque consejo genético personal.
La OI es una enfermedad de tipo genético y, por tanto, es hereditaria. Los tipos I y IV a veces aparecen en las familias a lo largo de varias generaciones. El tipo de herencia es dominante, un padre o medre afectado/a tiene un 50 % de probabilidades de transmitir su gen alterado a cada hijo/a, y otro 50 % de transmitir el gen no-alterado (todos nosotros tenemos dos copias de cada gen, a excepción de los genes ligados a los cromosomas que portan la herencia sexual).
Aunque se da un cierto grado de variación entre familiares afectados (por ejemplo: número de fracturas), la tipología clínica de la enfermedad en cada familia afectada es generalmente la misma a lo largo de las generaciones, ya que es el mismo defecto genético el que se transmite de padres a hijos.
Por otra parte, la Osteogénesis Imperfecta es muy heterogénea entre casos sin relación familiar: cada caso individual puede deberse a un defecto genético distinto en los genes que portan la información del colágeno.
La OI, como otras enfermedades genéticas dominantes, puede aparecer espontáneamente. Esto es particularmente cierto en los tipos II y III, que son normalmente las formas más severas de Osteogénesis Imperfecta, pero también puede aparecer en el resto de casos. Cuando nace un niño/a de padres no afectados suele ser debido a que ha aparecido una mutación en un gen del colágeno. Las mutaciones son cambios esporádicos e impredecibles en la información genética que porta el DNA. Lo más probable es que la mutación haya ocurrido en alguno de los dos gametos (óvulo o espermatozoide), cuya unión da lugar al niño/a afectado/a.
En aquellas familias en las que aparece un caso espontáneo de O.I. los hermanos/as no afectados/as no son portadores de la mutación, por tanto los hijos de estos no tienen un riesgo genético especial de padecer la enfermedad; por el contrario, el niño/a afectado/a tiene una probabilidad del 50% de transmitir el gen mutante, y por tanto la enfermedad, a sus propios hijos/as, comenzando una nueva cadena de herencia genética, con probabilidad 50 %, a lo largo de las nuevas generaciones.
Por lo que respecta a los padres, estudios en un gran número de familias con niños nacidos con OI tipo II (letal) de padres no afectados, se ha demostrado una cierta repetición de la enfermedad (esto es, nuevos niños/as con Osteogénesis Imperfecta), en un 5- 7 % de los casos.
Esta extraña situación fue explicada erróneamente hace tiempo con un tipo distinto de herencia genética (autosómica recesiva), y aún hoy puede llevar a confusión (y por tanto, a un consejo genético erróneo) a médicos que no están totalmente al día en lo que respecta a las nuevas investigaciones sobre la Osteogénesis Imperfecta Peter Byers y sus colaboradores en la Universidad de Seattle -EEUU-, y posteriormente muchos otros investigadores han demostrado que la repetición de casos de O.I. en familias sin casos anteriores de esta enfermedad es debida a mutaciones dominantes en uno de los genes del colágeno (COL1A1 o COL1A2): la mutación espontánea, en vez de afectar a un único cigoto (óvulo o espermatozoide), ha afectado a una determinada porción de ellos en el padre o la madre, quien, por tanto, tiene cierta probabilidad de engendrar más de un hijo afectado por la enfermedad. A este fenómeno se le llama mosaicismo.
Es muy difícil diagnosticar los casos de mosaicismo: buscar la mutación en sus células puede ser peor que buscar la aguja en el pajar. Solamente después de que la mutación ha sido identificada en el hijo/a afectado/a, que la porta en todas sus células, es posible diseñar análisis moleculares para intentar buscar el mosaicismo en los padres (generalmente en óvulos y/o esperma y, además, en los glóbulos blancos de la sangre), y a partir de ahí, intentar estimar la probabilidad teórica de repetición de hijos con OI.
El mosaicismo puede ocurrir en cualquier tipo de Osteogénesis Imperfecta, pero hasta ahora solo ha sido documentado para los tipos más severos de la enfermedad (tipo II), y su frecuencia ha sido estimada experimentalmente entre el 5 y el 7%.
INCIDENCIA
La OI es una enfermedad rara. Su incidencia se estima entre 1:10.000 y 1:15.000. Esta estimación es un límite inferior, ya que las formas livianas de la enfermedad frecuentemente no se diagnostican. La OI ocurre en todas las razas y es independiente de género.
Solamente un 0.008% de la población mundial está afectada por la OI. Esto significa que en la actualidad hay unos 0.5 Millones de personas con OI en el mundo.
En España podría haber un mínimo de 2700 afectados por alguno de los tipos de OI.
PRONÓSTICO
A causa de la variabilidad individual de la OI, es imposible hacer afirmaciones generales sobre las perspectivas de una persona afectada. Se recomienda que busque consejo personal.
En muchos casos, la fragilidad disminuye después de la pubertad por razones todavía desconocidas.
SINTOMAS
El diagnóstico de una persona con OI suele ser fundamentalmente por exploración y basarse en alguna o varias de las siguientes manifestaciones:
- Fragilidad ósea (los huesos se fracturan incluso sin causa aparente).
- Cara en forma triangular (puesto que el cráneo crece empujado por el encéfalo, mientras que la mandíbula no tiene qué la haga crecer).
- Escleróticas (lo blanco de los ojos) azules o grises.
- Sordera progresiva, habitualmente en la edad adulta.
- Dentinogénesis imperfecta (decoloración y fragilidad en los dientes).
- Tono de voz agudo.
- Estatura baja.
- Tendencia a magullarse la piel y aparición frecuente de "cardenales".
- Músculos débiles.
- Articulaciones laxas.
- Escoliosis.
- Deformidades óseas (extremidades superiores, inferiores, pecho y cráneo).
- Estreñimiento.
- Sudoración excesiva.
- Coeficiente intelectual medio- alto.
- Tono vital con tendencia al optimismo y la euforia.
Lo habitual es que no se den todas estas manifestaciones al mismo tiempo en un afectado de OI.
DIAGNOSTICO
El diagnóstico de O.I. se puede establecer mediante ecografía perinatal, que permite detectar afectos alrededor de la 16ª semana de gestación.
Puede llegarse al diagnóstico mediante la demostración de la síntesis de cadenas pro-alfa anormales o de la secuenciación del DMA en las vellosidades coriónicas obtenidas por biopsia entre la 8 y 12 semanas de gestación.
Ninguno de estos diagnósticos es fácil de realizar, y alguno puede tener ciertos riesgos que deben ser evaluados por los especialistas médicos.
TRATAMIENTO
La enfermedad dura toda la vida del paciente, requiriéndose cuidados y control desde antes del nacimiento (si es posible y si está diagnosticado): estudio genético y de fertilización, cuidados obstétricos, y controles ecográficos…
Posteriormente, son necesarios cuidados neonatológicos esenciales: información y orientación a la familia; movilización precoz del paciente para evitar la tendencia a la ostopenia y a las fracturas repetitivas.
Rehabilitación: La rehabilitación debe comenzarse pronto en los niños con O.I., ya que mantener un buen nivel funcional hace disminuir fracturas y fortalece huesos y músculos. Los periodos de inmovilización tras las fracturas, deben ser lo más cortos posibles y procurando que exista carga y bidepestación incluso en el postoperatorio, cuando lleven escayolas o con férulas.
Tratamiento médico: Existen medicamentos recomendados para corregir la osteopenia y disminuir el número de fracturas. Consiguen una disminución del número de fracturas y, con esto, una mejoría significativa en la calidad de vida del paciente.
La hormona de Crecimiento ocasiona un aumento del metabolismo óseo y de estatura sin disminución del número de fracturas, pero si mejora de actividad muscular y aumento de velocidad de crecimiento. Es de utilidad combinada con otros medicamentos.
Tratamiento quirúrgico: Consiste en el enclavado de los huesos largos afectados, fundamentalmente en miembros inferiores. El objetivo es mantener la alineación conseguida con las osteotomías realizadas en un hueso largo y aumentar la resistencia mecánica del hueso al sumarle la del clavo, evitando la tendencia a la osteoporosis, a la deformidad progresiva y a las fracturas, permitiendo una marcha y utilización precoz del miembro operado. Los clavos pueden ser de dos tipos: sólidos o telescópicos.